UNA OPCIÓN COMPATIBLE CON EL MEDIO
A pesar de que hace ya tiempo se sabía que el anhídrido carbónico produce efectos de gas invernadero, la creciente concienciación sobre el cambio climático tomó por sorpresa a muchos fabricantes y conductores de autos. Cada vez más pesados y confortables, los vehículos consumían también cada vez más carburante. Pero esto no tiene por qué llevar a un calentamiento de la atmósfera. El remedio está en los aceites vegetales: la colza, por ejemplo. Hoy en día se produce ya diesel de calidad a partir de semillas de colza. Su gran ventaja: la combustión sólo libera el dióxido de carbono que las plantas habían tomado del aire. En cuanto a las partículas contaminantes, la "gasolina verde" saca también buenas notas. Los vehículos propulsados por biodiesel expulsan 50 % menos hollín que sus rivales convencionales. Además, el biodiesel casi no contiene azufre, con lo que sus gases de escape son menos tóxicos. Ya que el aceite de colza es también biodegradable, su transporte y almacenamiento suponen un riesgo mucho menor para el medio ambiente. Y el que el biodiesel sea, por añadidura, un producto indígena que no necesita importarse de alguna inestable región del globo, es también un detalle importante.
A pesar de que hace ya tiempo se sabía que el anhídrido carbónico produce efectos de gas invernadero, la creciente concienciación sobre el cambio climático tomó por sorpresa a muchos fabricantes y conductores de autos. Cada vez más pesados y confortables, los vehículos consumían también cada vez más carburante. Pero esto no tiene por qué llevar a un calentamiento de la atmósfera. El remedio está en los aceites vegetales: la colza, por ejemplo. Hoy en día se produce ya diesel de calidad a partir de semillas de colza. Su gran ventaja: la combustión sólo libera el dióxido de carbono que las plantas habían tomado del aire. En cuanto a las partículas contaminantes, la "gasolina verde" saca también buenas notas. Los vehículos propulsados por biodiesel expulsan 50 % menos hollín que sus rivales convencionales. Además, el biodiesel casi no contiene azufre, con lo que sus gases de escape son menos tóxicos. Ya que el aceite de colza es también biodegradable, su transporte y almacenamiento suponen un riesgo mucho menor para el medio ambiente. Y el que el biodiesel sea, por añadidura, un producto indígena que no necesita importarse de alguna inestable región del globo, es también un detalle importante.
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