sábado, 6 de diciembre de 2008

BIODEGRADABILIDAD DE BIODIESEL

El biodiesel es fácilmente biodegradable, los test de performance realizados por la Universidad de Idaho, mostraron que la degradación en una solución acuosa fue del 95 % después de 28 días (el mismo rango del azúcar). En el mismo lapso de tiempo el gasoil se degradó el 40 %.

El biodiesel posee mayores propiedades lubricantes en los motores. El B20 muestra mejora en lubricidad, bajando los niveles de sulfuros y aromáticos contenidos en el gasoil. El poder de arranque y el comportamiento ante bajas temperaturas son similares al diesel. No modifica el torque, potencia ni consumo.

Los usuarios pueden hacer sus propias mezclas fácilmente antes de su uso. No es necesario una manipulación especial y la mezcla se mantiene estable.

En los EEUU actualmente se usa el biodiesel en algunos colectivos urbanos, en fletes de camiones de carga pesada, en transporte de aeropuertos, en parques nacionales y en la marina. En Alemania la fuerte demanda de biodiesel ha incrementado notablemente la molienda de colza, y puede venderse a un precio mas bajo con respecto al diesel mineral, debido a la suba del precio del mismo y a los altos impuestos a las ventas. Asimismo se ve favorecida su demanda por el bajo precio del aceite de colza y por el tratamiento preferencial del biodiesel como un producto libre de impuestos.

El costo del biodiesel depende del precio de mercado de los aceites vegetales. En general el B20, mezcla al 20 % eleva el precio del combustible entre 60 y 80 centavos de dólar por galón. En Argentina estando hoy el precio del gasoil en 50 cvs./lt., una mezcla B20 estaría entre los 49 y 53 cvs./lt., según se le aplique o no la carga tributaria correspondiente. Este cálculo se realiza con un aceite de soja cotizando a 300 U$S/tn, y con un margen de ganancia del 20 % sobre el costo de producción en las ventas de la planta industrial.

No obstante su costo, la justificación para encarar su producción y futura utilización descansa en objetivos superadores que contemplan beneficios ambientales, desarrollos de nuevos mercados para la producción primaria y para la industria, posibilidades alternativas en combustibles de base renovable, desarrollo de nuevos circuitos económicos con su consiguiente generación de riqueza y ocupación de mano de obra . En definitiva, futuros beneficios para los productores de soja, los industriales, el estado, el medio ambiente y su comunidad.

Los destinos principales para el uso del biodiesel están determinados para algunas áreas importantes como la navegación en lagos y zonas acuáticas protegidas, reservas naturales y es candidato obvio para aplicaciones marinas, transporte urbano de pasajeros, minería, aeropuertos y para la producción de cultivos orgánicos.

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